sábado, 6 de junio de 2009

Madrid, 6 de junio de 2009
Hoy me han pasado por la cabeza tantas cosas sin poder evitarlo que estoy algo más cansada de lo habitual. Me desperté una hora antes de que el despertador sonara, creo que a causa de la intensidad de la luz, con esa idea: poco más. La habitación estaba limpia y el pecho era de nuevo algo insignificante, pero todavía lo recordaba, recordaba que no quería la hora que me quedaba porque me sentía bien, algo más liviana, ligeramente mayor, sin deseos por hoy. Por lo general no me gusta escribir con esa sensación en el cuerpo. He dejado pasar el día a ver si se me pasaba, y he atravesado casi todos los estados de ánimo que conozco, incluso me he dejado llevar por la ira y, como no tenía motivos, me he inventado algo no demasiado desagradable pero suficiente.
He recibido un libro que escribió mi tío Pepe. El preludio me ha parecido como hablar con él, que es una de las cosas que ya no puedo hacer. Ha sido triste y bonito. Por la tarde he ido a la Feria del Libro y uno de mis escritores favoritos (el que me dijo “o se escribe o se vive” en una de sus novelas) me ha firmado un ejemplar de su última obra, y me ha parecido tan amable que se me ha ocurrido que era el ser más feliz de la Tierra, y que la inteligencia sólo debía encaminarnos a esa ligereza y no a la sequedad ni al maltrato. Me ha dicho que mi voz era muy bonita, que las voces suelen pasar desapercibidas pero que en el fondo son muy influyentes, y que el protagonista de su nuevo libro adoraba la voz de su amante. Me he marchado contenta. Uno siempre cree que le recordarán.
Inés Plasencia Camps

1 comentario:

Anónimo dijo...

Hola Inés,

Aún sin tener la oportunidad de darte las gracias por tus deseos de verano, me encuentro con otro escrito tuyo.

Creo que comprendo la sensación que describes, y aunque no te guste escribir sintiéndote así, creo que responde a la máxima: párate o te pararán.
puede que me haya equivocado en mi apreciación, pero a veces me da la impresión de que vas un poco acelerada, queriendo vivir todo todos los días. Y eso es muy cansado y algo agobiane.

De todas formas, sea lo que sea, gracias por compartirlo con nosotros, o mejor, por lo que a mi respecta, conmigo, una simple mortal que ha vegetado la mayor parte de su vida, y a quien a veces le vuelve la tentación de seguir haciéndolo.

Te recordará quien te merezca.

hasta pronto

Mcvalen3